El gobierno británico, por orden del Parlamento antes de entrar forzosamente en receso, hizo público su plan y sus previsiones para una eventual salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo con sus vecinos, escenario que incluye aumento inmediato de alimentos y combustibles, desabastecimiento de bienes esenciales y protestas masivas.
El Parlamento había ordenado que el gobierno entregue toda la documentación y las comunicaciones internas vinculadas a la llamada Operación Martillo Amarillo; sin embargo, el primer ministro Boris Johnson solo publicó un informe de seis páginas, fechado el 2 de agosto, casi calcado a uno que había publicado el diario The Sunday Times hace un mes.
Bajo el título “Peor escenario posible razonable”, el documento advirtió que el comercio de bienes a través del Canal de la Mancha se reduciría hasta 40% con respecto al flujo actual desde el momento que el país abandone la UE y, potencialmente, “hasta seis meses” después.