Un unánime rechazo a la situación en Bolivia atravesó este lunes a la dirigencia política y gremial en la Argentina, aunque con posiciones encontradas en relación a si se trata de un golpe de Estado o de una transición en el marco de una crisis política e institucional, que derivó en la renuncia del presidente Evo Morales.

“Todos estamos preocupados”, dijo el jefe de Estado, Mauricio Macri, al ingresar a la reunión de Gabinete que tuvo lugar en la Casa Rosada, luego de que Morales renunció ayer a su cargo denunciando un “golpe de Estado cívico, político, policial”, y a pesar de que ya había convocado a nuevas elecciones generales tras una recomendación en ese sentido de la OEA.

En un comunicado de prensa emitido anoche, la Cancillería había señalado que, “ante renuncia a su cargo” de Morales, el Gobierno argentino hacía “un llamado a todos los actores políticos y sociales boliviano para preservar la paz social y el diálogo”, y para encaminar el “período de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución”.

Y el canciller Jorge Faurie salió a explicar por qué, desde el Poder Ejecutivo, la situación en Bolivia no es interpretada como un golpe de Estado: “No están los elementos para describir esto como un golpe de Estado”, sostuvo.

En este sentido, señaló que “las Fuerzas Armadas no han asumido el poder” y destacó la necesidad de que ningún actor de ese país “asuma un papel que no le asigna la Constitución”.

El presidente electo Alberto Fernández, tuvo una postura opuesta: dijo durante la presentación de un libro que “es una muy mala jornada. No es un lindo día para los que queremos que la democracia se afiance entre nosotros. No hay ningún ejército que haya liberado a un pueblo. Ha habido un golpe de Estado en Bolivia, para que nadie se confunda”.

Antes, Fernández había citado un tuit del diputado oficialista Daniel Lipovetzky, en el que se refería a los hechos en Bolivia como un “golpe de Estado”, para criticar la postura expresada por el Gobierno Nacional: “Me tranquiliza ver que en el oficialismo hay gente con la dignidad democrática de la que otros carecen”, argumentó.

El Bloque Justicialista de la Cámara de Diputados de la Nación expresó su “enérgico repudio al golpe de Estado en Bolivia contra el presidente constitucional Evo Morales Ayma”. Los legisladores dijeron que “la política interna de los países debe resolverse mediante las elecciones libres, transparentes y soberanas de sus pueblos, y las Fuerzas Armadas no deben interferir con las instituciones democráticas ni ‘sugerir’ la renuncia a ningún Presidente”.

Mientras, la Coalición Cívica ARI (CC ARI) de Elisa Carrió evitó hablar de golpe y responsabilizó al ex presidente Morales de ser quien inició el “camino” que derivó en su renuncia y en la “alteración del orden constitucional y democrático” en ese país. El partido que integra las filas de Cambiemos reclamó a las Fuerzas Armadas de Bolivia “subordinarse a las instituciones del Estado y abstenerse de toda participación que vulnere el orden democrático”.

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), encabezada por monseñor Oscar Ojea, llamó a “rezar por la paz y la plena vigencia de las instituciones” a la luz de los últimos acontecimientos vividos en Bolivia y Chile, “en esta difícil hora que atraviesan los países de la región”, según expresó a través de un comunicado de prensa.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) repudió “el golpe de Estado” contra Evo Morales y se pronunció “en defensa del legitimo gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia”.

La CGT repudió “la consumación del golpe de Estado en Bolivia” y sostuvo que se produjo como consecuencia del “violento accionar” de “grupos civiles” que actuaron con el beneplácito de “la policía autoacuartelada y la pasividad de las Fuerzas Armadas”. Lo dijo en un comunicado firmado por Héctor Daer, Carlos Acuña, Julio Piumato, Jorge Sola y Gerardo Martínez.

Por su parte, el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, aseguró que “los conflictos institucionales en un país deben resolverse con más democracia y participación y no con un golpe de Estado como el sucedido en Bolivia”.

A su postura se sumó la mandataria catamarqueña, Lucía Corpacci, quien expresó su “profundo repudio al golpe de Estado consumado en Bolivia” y su “fuerte apoyo al pueblo boliviano, para que rápidamente se restablezcan en paz los mecanismos democráticos”.

Desde el Senado de la Nación, el jefe del interbloque de Cambiemos, el radical Luis Naidenoff, afirmó que “las intervenciones militares jamás deben ser la respuesta a un conflicto político” y entendió que “el único camino” posible en Bolivia son “las elecciones libres”.

En tanto, el coordinador de equipos técnicos de Fernández, Nicolás Trotta, consideró que se asiste en Bolivia a “un claro golpe institucional, un golpe de Estado”, y aseguró que son “absolutamente contradictorias” las posturas de Macri y de Fernández, por las diferencias de evaluación del caso.

También el embajador argentino ante La Paz, Normando Álvarez García, deslizó un matiz en relación a la postura oficial al señalar que en Bolivia se asiste a “una interrupción del orden constitucional en base a una gran conmoción social”, al tiempo que interpretó que existen aspectos “similares” a lo sucedido en 2001 en la Argentina con el entonces presidente Fernando de la Rúa.

El sindicalista Carlos Acuña, uno de los jefes de la CGT, consideró que hubo un “golpe de Estado” y tras asegurar que se sorprendió por la postura del gobierno nacional, sugirió que, incluso, cree que desde el Ejecutivo “apoyan lo que está sucediendo” en ese país.

También desde el ámbito gremial, la CTA Autónoma repudió “el golpe de Estado consumado en Bolivia por los sectores reaccionarios” e hizo “un llamamiento al gobierno argentino y a todos los presidentes de la región a desconocer el gobierno de facto”.

El diputado nacional electo de Juntos por el Cambio Luis Juez dijo que “cuando vas ganando una elección, se corta la luz, se suspende el escrutinio y a las 12 hs dicen que ganó quien venía perdiendo, eso es fraude. Ahora cuando el Jefe de Policía le dice al Presidente elegido democráticamente que tiene que renunciar, eso es un golpe de Estado”.

El diputado nacional Nicolás del Caño (FIT) llamó a “redoblar la movilización continental en solidaridad con el pueblo boliviano que resiste el golpe”.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201911/407820-aunque-con-distintas-posiciones-es-unanime-el-rechazo-de-la-dirigencia-a-la-situacion-en-bolivia.html

Deja un comentario