El Partido Laborista de Jeremy Corbyn arrancó hoy en la sureña Brighton su congreso anual, marcado por las divisiones internas entre sus miembros ante la ausencia de una posición unificada frente al Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
En un contexto de alta tensión política, donde la posibilidad de elecciones generales anticipadas es cada vez más probable, el Laborismo lidia con importantes discrepancias por su disparidad de puntos de vista sobre la marcha de la UE.
El comienzo de la conferencia de este año se vio empañado por el amago llevado a cabo por Jon Lansman, del grupo Momentum -simpatizante de Corbyn- a fin de eliminar la posición de “número dos” del partido -ocupada por Tom Watson- con una moción presentada ante el Comité Ejecutivo Nacional de la formación.
Si bien Corbyn paralizó una votación que iba a celebrarse hoy para decidir eliminar o no ese cargo, el movimiento contra Watson desató la indignación de numerosos diputados, que lo consideraron antidemocrático, contrario a los valores del Laborismo y advirtieron de que podría derivar en una “guerra civil interna”.