Vacunadores y vacunadoras: Otra historia que contar
A diario, durante horas que por momentos se vuelven interminables, entre viales, jeringas, algodn y emociones que van del llanto al baile, pero sobre todo apostadas en territorios bajo alarma epidemiolgica y sanitaria, un grupo de enfermeras profesionales o que van camino a serlo, revelan pormenores de su labor y qu sienten al ser una pieza clave de la campaa pblica de inmunizacin que llevan adelante la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
• Mnica Lunaza Dur y Griselda Vzquez
Esteban Echeverria, Provincia de Buenos Aires
“Al principio yo particularmente sent mucho miedo”, admite Mnica Luzana Dur, quien trabaja hace cinco aos en el Hospital Santamarina, hace tres en el rea de guardia peditrica y este ao se sum a la vacunacin. “Ahora no tanto porque con la vacuna nos sentimos ms protegidos”.
Mnica Lunaza Dur y Griselda Vzquez, vacunadoras en Esteban Echeverra, provincia de Buenos Aires. Foto: Ral Ferrari.
En el vacunatorio hay tres enfermeras a cargo de las aplicaciones. “Estamos en una carpa en frente del hospital, en el estacionamiento. Cuando llegan se les hace una encuesta breve, despus pasan a otro sector donde estn unos sillones, respondemos a sus preguntas y despus los vacunamos. Luego esperan el tiempo prudencial y se van”, explica, por su parte, Griselda Vzquez, colega de Mnica en las tareas de inmunizacin.
La carga horaria en los vacunatorios en general es extensa. Ingresan a las 7 de la maana y finalizan a las 18, jornada que a veces se extiende por tareas administrativas.
“Generalmente tenemos 200 turnos”, continua Griselda. “Pero la semana pasada hubo 400 por da de la segunda dosis y de la primera, 200. Por suerte estn viniendo todos, faltan muy poquitos”. Hasta el momento hay vacunadas 8.200 personas en el distrito.
Ambas coinciden en sentir orgullo por estar siendo parte de la campaa. “Para m es un inmenso placer poder estar vacunando, me genera mucha satisfaccin. Trabajamos en equipo y hacemos que la gente se vaya contenta”, agrega Mnica.
Griselda Vzquez, una de las enfermeras vacunadoras que cumple su profesin en Esteban Echeverra, provincia de Buenos Aires. Foto: Ral Ferrari.
• Florencia Villaverde
Almirante Brown, Provincia de Buenos Aires
Florencia Villaverde (27 aos) es oriunda de San Francisco Solano y estudi Enfermera en la Universidad de Nacional de Avellaneda. En febrero, cuando comenz la campaa de vacunacin, trabaj en la Escuela N 11 y luego fue trasladada, junto a su equipo, a la posta de la Sociedad Italiana, de Adrogu, en Almirante Brown, municipio que lleva aplicadas 115.636 dosis.
Florencia Villaverde, enfermera vacunadora que realiza su labor en Almirante Brown, provincia de Buenos Aires. Foto: Gustavo Amarelle.
En dilogo con Tlam, Florencia seala que “el momento en que llegaron las vacunas fue muy emocionante”. Y dice al respecto que, “durante las semanas anteriores, estuvimos reunindonos en equipos, planificando cmo bamos a organizar la posta y faltaba lo ms importante, que eran las vacunas, sabamos que estaban prontas a llegar. El da que llegaron fue una emocin enorme: saber que era como el principio de que esto en algn momento tenga un final”.
Cuenta Florencia que su familia “est muy orgullosa” por su desempeo en la campaa pblica de inmunizacin que llevan adelante los Estados nacional y provinciales. “Mi hija -agrega- siempre cuenta cuando est en clase que yo estoy vacunando, que estoy cuidando” a la poblacin.
Florencia Villaverde, enfermera vacunadora que realiza su labor en Almirante Brown, provincia de Buenos Aires. Foto: Gustavo Amarelle.
• Mnica Piel
Bolvar, Provincia de Buenos Aires
En la posta de Bolvar, que tiene lugar en el centro deportivo llamado Complejo de la Repblica de Venezuela, hay 30 enfermeras: 10 profesionales y, el resto, estudiantes de Enfermera de tercer ao. Entre las primeras, se encuentra Mnica Piel, de 52 aos, quien tambin es una de las coordinadoras del vacunatorio.
Al igual que en otras postas, en el complejo se vacunan 200 personas por da y hasta el momento hay 9.222 vacunados. Sin embargo, no slo atienden a las personas en el vacunatorio, sino tambin se trasladan a pueblos cercanos o van a domicilios particulares para aplicar la vacuna.
“El reconocimiento de la gente es lo que nos llena, el motor del da a da””
Mnica Piel
Para Mnica, al igual que para las dems entrevistadas por Tlam, algo que llam especialmente su atencin fue el agradecimiento de las personas que se acercan a vacunarse.
“Hemos tenido una abuela en silla de ruedas que entr aplaudiendo con un cartel inmenso, felicitndonos por el trabajo que hacemos. La gente nos lleva facturas, caramelos, nos agradece por la atencin. Es como que les estamos dando vida y ellos nos agradecen de esa forma. Hay gente que llora por recibir su primera vacuna: los que estn aislados, los abuelos que hace ms de un ao que estn en aislamiento. El reconocimiento de la gente es lo que nos llena, el motor del da a da”, relata Mnica.
Adems, su familia le recuerda el rol que est cumpliendo. “Los otros das mi nieta me deca: ‘Abuela, vos pens que en un momento yo voy a poder contar o vos vas a poder contar que cuando fue la pandemia estuviste ligada a todo esto'”.
• Zulma Guerrero Leguizamn
Morn, Provincia de Buenos Aires
Donde hubo muerte hay vida. Con ms de tres dcadas de profesin, Zulma Guerrero Leguizamn es una de las 10 vacunadoras de la posta sanitaria emplazada en el Polideportivo Gorki Grana, del Municipio de Morn, en cuyo predio se encuentra adems la Mansin Ser, un centro clandestino de detencin de la ltima dictadura cvico militar.
La enfermera vacunadora, Zulma Guerrero Leguizamn, que ejerce su profesin en el vacunatorio Gorki Grana, Municipio de Morn, provincia de Buenos Aires. Foto Camila Godoy
En su faena cotidiana, a Zulma le toc vivir una experiencia indita, que todava la conmueve: vacun a un hombre que haba estado detenido en aquel centro clandestino, hace 45 aos, y quien solo luego de un buen rato, producto de la contencin de esta enfermera, logr detener el llanto que lo haba tomado por asalto.
“Para nosotros -dice Zulma en otro pasaje de la entrevista con Tlam-, es muy importante la (campaa de vacunacin) porque ya al decir ‘pandemia’ se iba mucho ms all de lo que por ah uno pudo haber vivido en su historia de trabajo. A m me pas que viv la epidemia del 92, del 2009, el clera y la gripe A. Pero eran otras pocas: de repente no contbamos con un montn de elementos para cuidarnos, no haba tanta comunicacin, no haba tanta biotecnologa y hoy s”.
La Municipalidad de Morn est cerca de alcanzar los 19.000 vacunados. En el Polideportivo Gorki Grana, las enfermeras vacunan a 200 personas por da, llegando, en ocasiones, a las 400.
La enfermera vacunadora, Zulma Guerrero Leguizamn, que ejerce su profesin en el vacunatorio Gorki Grana, Municipio de Morn, provincia de Buenos Aires. Foto Camila Godoy
• Mara Pachado
Ciudad Autnoma de Buenos Aires
“Con la llegada de la vacuna -contra el Covid-19- se vislumbra una gran esperanza”, .seala Mara Pachado, jefa del vacunatorio integrado del Hospital de Clnicas, donde se desempea desde hace 20 aos como enfermera y docente.
Mara Pachado, una de las enfermeras vacunadoras en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Foto: Lara Sartor
Los das de Mara transcurren dentro del vacunatorio del edificio ubicado al 2351 de la Avenida portea Crdoba, pero su pasin por la profesin se remonta a sus 14 aos, cuando animada por su “ta Blanquita”, a quien considera su “gua y motivadora”, decidi que iba a ser enfermera.
“Tuve la oportunidad de hacer algo para cambiar el curso de la enfermedad, por lo menos en algunas miles de personas””
Mara Pachado
El equipo de trabajo de Pachado est conformado por inmunizadores capacitados con el curso Programa Ampliado en Inmunizaciones (PAI), administrativas y mdicos, con funciones especficas y estratgicas, lo cual “facilita la dinmica de trabajo”, puntualiza.
“Con la llegada de las primeras vacunas y su distribucin en los centros de salud, tuve la oportunidad de hacer algo para cambiar el curso de la enfermedad, por lo menos en algunas miles de personas”, enfatiza.
Son muchas las ancdotas con personas vacunadas que conmueven a Mara, entre ellas la que experiment el da que vacun a un mdico: “l me dijo que estaba muy feliz y una vez terminado el procedimiento me mir a los ojos y me dijo: ‘No tens idea lo que siento, me salvaste la vida’“.
Mara Pachado, una de las enfermeras vacunadoras en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Foto: Lara Sartor
La jefa del vacunatorio del Clnicas detalla que desde el comienzo de la vacunacin, el 5 de enero ltimo, entre la primera y la segunda dosis de la vacuna Sputnik V, se dieron un total de 10.310 vacunas en el hospital universitario del barrio porteo de Recoleta.
Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202105/555157-campana-inmunizacion-coronavirus-vacunadores-amba.html