La posición de Europa es clara: hay hace casi un año un acuerdo de salida del Reino Unido del bloque continental y una Declaración Política sobre la relación futura encima de la mesa, lograda por la ex primera ministra Theresa May, que ya tiene el visto bueno de los 27 y que el Reino Unido debería refrendar de una vez.
Johnson, y Juncker acordaron la necesidad de “intensificar” las conversaciones del Brexit, según informó Downing Street, pero el jefe del Gobierno conservador reiteró que no pedirá una prórroga de la retirada prevista para el próximo 31 de octubre a pesar de que los parlamentarios tramitaron una ley que lo conmina a hacerlo si no alcanza un nuevo acuerdo para el 19 de octubre.
Durante el encuentro de este lunes, el primer ministro insistió en su compromiso con el proceso de paz en Irlanda del Norte y su determinación a alcanzar un acuerdo con la UE sin la polémica salvaguarda relativa a la provincia británica.
Esa cláusula de seguridad, el gran escollo para alcanzar un acuerdo entre las partes, busca evitar una frontera física entre las dos Irlandas después del Brexit y está pensada para que Irlanda del Norte quede alineada a las normas comunitarias si Londres y Dublín no llegan a un acuerdo sobre la futura relación comercial después de un periodo de transición.