El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, advirtió que la Constitución “se puede romper sin necesidad de cambiarla” y para lograr ese objetivo “basta con ignorarla”, por lo cual alertó que “en momentos tan divisivos y confrontativos” como el actual la “cultura constitucional” tiene “una enorme delicadeza y fragilidad”.

“La Constitución se puede romper sin necesidad de cambiarla pues basta con ignorarla o moldearla para hacerle decir aquello que a nuestros intereses les gustarían que dijese”, señaló el magistrado.

Además, el integrante del máximo tribunal de justicia reflexionó que “en momentos tan divisivos y confrontativos como los que atraviesa el país, la cultura constitucional es producto de una enorme delicadeza y fragilidad”, y alertó: “Se rompe fácil”.

Rosenkrantz formuló estos conceptos al cerrar el ciclo de conferencias en el Senado al cumplirse los 25 años de la reforma constitucional de 1994.

El presidente de la Corte aseguró que “la supervivencia de una cultura constitucional es difícil” y aconsejó “trabajar para mantenerla siempre, conscientes de que el beneficio que se logrará ayudará a desarrollar un vínculo valioso, de amistad cívica entre los habitantes”.

Además, recordó que “la Constitución que funciona como límite al poder y consagra nuestros derechos sólo es eficaz si le somos leales”.

“Una reforma constitucional sólo puede ser exitosa si está inspirada o contribuye a formalizar lealtad a nuevas reglas. Y si los cambios que consagra son capaces de generar y hacer sustentable una nueva cultura constitucional”, aseveró.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201910/398781-carlos-rosenkrantz-corte-suprema-justicia-constitucion-nacional.html

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