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La zigzagueante carrera artística del compositor porteño Alejandro del Prado, quien se estableció como un referente de la música urbana en la primera mitad de los ’80 y luego se llamó a un silencio discográfico de 23 años que lo confinó casi al ostracismo total, se refleja en “El eslabón perdido”, un documental del periodista Mariano del Mazo y el realizador Marcelo Schapces, que lo muestra como “un Van Gogh viviente”.

“El origen de este documental es la admiración y el afecto que le tengo. Desde muy chico me interesó su música. Siempre me pareció una especie de Van Gogh viviente; esas personas geniales a las que nadie les presta atención”, explicó Del Mazo a Télam, al referirse al protagonista del filme que podrá verse todos los martes de mayo, a las 20.30, en Circe Fábrica de Arte, ubicado en el barrio porteño de Palermo.

La cinta de Del Mazo y Schapces deja entrever los fantasmas y la particular concepción del arte del autor del “Los locos de Buenos Aires” que lo llevaron a dejar pasar la gran oportunidad de posicionarse como una de las figuras más relevantes en la historia de la música popular argentina, cuando decidió ubicarse “al costado del camino” en momentos en que debió dar el gran salto.

Su niñez en Villa Real; la temprana pérdida de su padre, el famoso historietista Calé; la relación con su esposa, a quien conoció de muy joven y cuya prematura muerte sacudió de manera especial; su paso como guitarrista de Alfredo Zitarrosa; su exilio en México; su regreso y el éxito en medio de la llamada “primavera alfonista”; y su largo silencio discográfico son algunos los tópicos abordados en primera persona y por su entorno familiar y musical en la película.

De esta manera, Del Mazo y Schapces trasladan interrogantes al público en torno al hombre que, tras el fenomenal impulso dado por dos notables discos, “Dejo constancia”, de 1982; y “Los locos de Buenos Aires”, de 1984; dejó que su rastro se perdiera y apenas dio alguna señal en 2008, cuando volvió con “Yo vengo de otro siglo”.

Télam: ¿Por qué optó por trabajar en un documental y no en un libro, como lo hizo otras veces en su carácter de periodista?
Mariano del Mazo: Me pareció más interesante mostrarlo a él en acción, hablando, cantando, haciendo cosas. Este es un lenguaje distinto. La biografía escrita tiene más de una interpretación porque uno hace una lectura de lo que escucha. Acá, si bien hay una edición, hay otra cuota de verdad dada al ver hablar al protagonista. Cuando uno ve a Alejandro con sus titubeos, sus dudas, sus tonos, se acerca a más de una verdad. Este formato también nos permitió incluir material de archivo de actuaciones que, de otra manera, se perderían. Esto lo vuelve a poner en circulación.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201905/354372-documental-alejandro-del-prado-el-eslabon-perdido-cine.html

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